Para empezar, hablemos claro, yo soy psicoanalista y de lo único que puedo hablarles es de Psicoanálisis, de ninguna manera les plateo esto como una forma general si están buscando otro tipo de psicoterapias. Hay terapias de todo y para todos, desde las más rígidas hasta las más "eclécticas" y "alternativas" pero el punto es que estés claro y te sinceres contigo mismo también sobre lo que buscas en un tratamiento.
Eso sí, no podemos olvidar que la salud mental es igual de importante que la salud física y, aunque lo "olvidemos" o nos "cueste trabajo" reconocerlo es importante darle un espacio para cuidarnos también en relación a nuestros afectos. Por ello, el iniciar un análisis personal de ninguna manera es sinónimo de que "no puedas", "estés mal" o, peor aún "estés loco". Un análisis no sólo lo va empezar quien necesita un poco de ayuda durante algún tiempo, sino también aquél que tiene el interés, la curiosidad por conocerse mejor y hacer algo más con eso que le pasa y que en este momento le hace sufrir.
En otras palabras, si estás pasando por un momento de vida complicado, donde las cosas con la pareja no están resultando bien o tus relaciones son cortas y cambiantes, no se llegan a acuerdos o tienen peleas constantes, no puedes salir de la relación que tienes o de plano no puedes olvidar a tu ex, si en el trabajo no te sientes pleno, tienes problemas con otros o de plano ni el intento por socializar haces, si en al familia las cosas no marchan nada bien o si sientes miedo, confusión, ansiedad, tristeza o celos, por citar algunos ejemplos, quizás es el momento de pedir ayuda apoyándote en un psicoanálisis.
Los psicoanalistas, no somos "terapeutas autodictactas" o "autonombrados", tenemos una formación atrás de muchos años (12 años o más de estudios comprobables), en el entrenamiento tenemos teoría, supervisión y, sobre todo, también hacemos un análisis personal para que nuestros afectos no sean un impedimento futuro en la dirección de la cura que hagamos con nuestros pacientes. La mayoría nos seguimos formando ininterrumpidamente, ya que eso nos permite seguir actualizándonos (cursos, congresos, clases, etc).
Es importante investigar bien al analista que escojas para que te asegures que es un profesional certificado y que vas a estar en buenas manos. Es importante subrayar que un psicoanalista no es un licenciado en psicología, se requieren muchos años más de formación que sólo una licenciatura para ejercer como psicoanalista.
En la primera consulta, es el mismo analista quien debe de explicar cómo va a trabajar, de qué se trata el análisis y en particular sobre los puntos de urgencia a tocar en el material que se le comunica, es decir, en lo tu mismo le compartes y el porqué estás buscando un tratamiento. Ese el momento de preguntarle las dudas que tengas o lo que no te esté quedando claro en cuestión de método de trabajo para que puedas tomar una decisión sobre iniciar el tratamiento habiendo sido informado de qué se trata.
He de subrayar, que si bien cada analista se va a apegar a la técnica psicoanalítica, cada uno va a tener su estilo personal y eso está bien, sólo piénsalo en el caso de un alergólogo, no todos funcionan igual y vamos a empezar un tratamiento con quien nos sentimos más cómodos. Así al elegir un analista, tienes que considerar si te puedes sentir en la confianza para contar de ti.
Al ser el psicoanálisis un trabajo serio con la emociones del paciente, se les va a dar el lugar, el respeto y el cuidado para ser tratadas al ritmo, al tiempo apropiado, siempre siguiendo el paso del paciente, es decir, que conforme esté listo para ir profundizando, avanzamos.
En el consultorio de un analista, no debes encontrar fotos personales o de su familia, debe de ser un espacio neutral y profesional para que seas tú como paciente quién pueda "hacer suyo" el espacio, sentirse en plena confianza para decir de ti mismo. Otro elemento importante es que tampoco debes hallar todos los títulos y reconocimientos adquiridos, no es un espacio para el ego del analista, sino para hablar de tus emociones y él debe de ser neutral. Esto último de ninguna manera es una contradicción sobre asistir con un analista certificado o caer en las manos de un charlatán. Un analista va a tener publicaciones o su currículo a la vista y, usualmente, lo podrás saber antes de ir a la primera entrevista con él.
En tu elección toma en cuenta lo siguiente:
El trato debe ser respetuoso, cordial pero jamás serán amigos ni van a ir a tomar el café. Eso sería banalizar el encuentro.
El analista no te va dar consejos, tareas, ni "ejercicios" para hacer en casa, la propuesta es hacer un trabajo serio con tus emociones y el analista jamás será directivo, es decir que nunca te va a decir qué hacer, se trata de que aprendas a ser tú mismo el responsable de ti, de tus palabras, de tus emociones, para que logres, en un segundo tiempo del análisis, ser el escriba de tu propia historia.
El consultorio debe ser un lugar digno, privado, apto para las sesiones.
El uso del diván será tema aparte de estas notas, pero por ahora sólo vamos a decir que las primeras sesiones van a ser frente a frente, los dos sentados en sillones.
Jamás va a existir los juicios de valor o de algún tipo, es una escucha neutral que busca lograr un espacio de confianza para hablar cómodamente.
El analista, no tiene que enmudecer ¡Claro que participa! Pero no es quien más va a hablar en cada sesión, no olvides que lo que los convoca en ese encuentro es saber de ti, de lo que te pasa, de lo que te duele y trabajar juntos para resolverlo. Si el analista hablara de más, así contaminaría la sesión y dejaría de escucharte, se convertiría eso en un encuentro social y no terapéutico.
Jamás, por ningún motivo, existirá algún tipo de contacto físico (abrazos por cumpleaños o Navidad).
Existirá un respeto absoluto a tu hora de sesión, no va poner otro paciente en tu cita y hará esperar, no te cambiará tus horarios a cada rato, ni te cancelará. Tu espacio estará reservado única y exclusivamente para ti, así no llegues, olvides o avises que no vas.
Puede ofrecerte las sesiones vía videollamada en Skype, FaceTime, o la videollamada de WhatsApp acorde a tu cita si así lo pactaron previamente. Pero por ningún motivo, será el analista el que empiece con una charla social en ninguna plataforma o red social y menos fuera tu hora de sesión.
Como te explicaba al inicio, esta nota tiene el objetivo de que sea un poco más claro lo que vas a encontrar al elegir un psicoanálisis como opción terapéutica, cómo actúa un psicoanalista, pero respetando los diferentes estilos hay cosas que no están sujetas a discusión. Recuerda lo más importante primero es que te sinceres contigo mismo sobre lo que buscas lograr ya que un psicoanálisis aspira a que sea un tratamiento resolutivo para tus conflictos y no sólo una intervención paliativa.
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