En la vida encontraremos de todo... momentos placenteros y otros que nos eclipsen la sonrisa.
A veces olvidamos que el equilibrio en la vida, siempre es inestable.
Las cosas serán cíclicas y más aún cuando no estamos dispuestos a hacer algo por comprender lo que nos pasa, lo cual nos deja sumidos en la repetición de los eventos que alguna vez nos hicieron sufrir.
Muchas veces podemos vivir un suceso, de esos que pensamos que será una historia sin fin, de esos que en cuestión de relaciones, soñamos despiertos elaborando todo un film donde los personajes serán felices por siempre, donde el héroe o heroína, evidentemente es el soñante de este sueño.
Así, podemos dejar pasar un tiempo que es valioso puesto que no va a regresar... un tiempo que podríamos invertir en cualquier otra cosa, desde nuestras actividades cotidianas hasta en buscar las alternativas que nos permitan pensar más en nosotros mismos.
Las horas o hasta los días se nos pueden ir esperando una llamada que jamás llegará. Un encuentro que no se concretará o que una relación sea un "traje a la medida", es decir una relación dónde se cumplan "todos" esos sueños tan anhelados.
Lo importante es ser más curiosos a tiempo y lograr aprender sobre la forma en que nos vinculamos, el tipo de pareja que elegimos y si en verdad así es posible estar en pareja.
Algunos pensarán que para solucionar los conflictos es importante buscar ayuda, sin embargo muchas veces es la última opción que una pareja considera y, más allá de intentar comprender las motivaciones inconscientes que hay dentro de esos desencuentros, este último intento lo hacen en la búsqueda desesperada de que les confirmen, en este caso el analista, que ellos están en lo correcto y que es el otro el que debe cambiar.
En este panorama es desvirtuada la idea de "terapia de pareja", en especial cuando la búsqueda es de soluciones, de respuestas y no de una comprensión de cómo se funciona en lo individual, al interior del vínculo.
Así, se pude correr el riesgo de asistir a la entrevista inicial y, en el mejor de los casos a un par de sesiones para luego terminar abortando el tratamiento, cansados del intento, al no conseguir colocar al terapeuta en el rol de "réferi" que prefiera uno de los dos discursos.
A algunas parejas, les podrá ir bien el espacio terapéutico en pareja; logrando así encontrar vías, en especial de comunicación, que sean más apropiadas para pactar las diferencias, no para anularlas.
El riesgo es sólo alcanzar una alternativa que funcione para un par de aspectos y donde, el conflicto subyacente, el que ha originado en verdad los desencuentros, quede sin trabajar debido a que halla su origen en la historia individual de cada uno.
Justamente para evitar lo anterior, para un recorrido más a profundidad, la opción es el análisis de forma individual, donde cada uno de los miembros de la pareja pueda encontrar su espacio personal de análisis, donde se permita hablar en plena libertad de lo cómo vive su relación, donde la responsabilidad subjetiva de aquello que le está haciendo sufrir quede develada, sin "endosar esa factura" al otro en busca de que sea este quien dé respuesta a una demanda que, originalmente tuvo otro destinatario, otro que es parte de su historia de vida y que no alcanza a ver la magnitud de los nexos creados que, sin importar el tiempo que haya transcurrido, ese pasado se sigue reactualizando, por vía de la repetición, en el presente.
La alternativa de ayuda, cada pareja la decidirá... hasta dónde sea el compromiso consigo mismos de hacerse responsables de sí, de su participación dentro de una relación.
