https://bit.ly/374WLzG TIEMPO DE CUIDAR A QUIEN NOS CUIDA
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  • Foto del escritorDra. Mayra Gallardo

TIEMPO DE CUIDAR A QUIEN NOS CUIDA




El hacerle frente a la presencia del coronavirus ha tomado al mundo por sorpresa. Su aparición ha sido disruptiva, cambiando todo lo que conocíamos como cotidianidad.

México no ha sido la excepción… si bien le entramos tarde al tema de la prevención, hoy en día, casi Junio 2020, salvo algunos que se ven en la necesidad de salir a trabajar, pareciera que muchos en la CDMX siguen haciendo la vida de forma normal al no tomar la mínima medida de precaución.

Eso va a ocasionar que en cuestión afectiva, que las cosas se compliquen más; no sólo será mayor el riesgo de propagación, sino para aquellos que lograron optar por un confinamiento voluntario, implicará vivir una espera aún más prolongada.


El aislamiento ya de por sí es complicado, genera una alteración de la vida diaria y de aquello que considerábamos la cotidianidad: nuestros horarios y rutinas, hábitos de alimentación, higiene del sueño, convivencia con el entorno. A su vez, se irán acumulando notas tensionales al día que, soltarlas, no será tarea fácil debido a que esta transición no se resolverá de forma inmediata.


Es tiempo de lograr reconocer que enfrentamos un Real inconmensurable, nos enfrentamos con algo que en nuestros fueros más íntimos, aunque lo neguemos, lo evitemos o lo podamos parcialmente simbolizar, nos confronta con el Real de la propia finitud, así como con la de otros y con la de nuestros seres queridos.


Prácticamente, es un escenario de guerra ¿El imperativo? Sobrevivir… Todos podemos llegar a sentir miedos, angustias, tristeza, desesperación y mucho estrés, ante el riesgo de contagio o, incluso, presentar cuadros depresivos ante las separaciones, pérdidas y duelos; en este contexto, todas las marcas, fisuras o fracturas psíquicas previas, se potencializarán, haciéndonos más frágiles a lo crudo que está por venir.


Si este es el escenario que todos podemos estar enfrentando ¿Te has preguntado qué pasa con los médic@s, enfermer@s y todo el personal sanitario que labora en los hospitales? ¿Cuál es la calidad de vida en un trabajo, ya de por sí estresante, ahora frente al coronavirus? ¿Has recapacitado que ellos no pueden trabajar desde casa y lo que esto implica frente a una pandemia?


El personal que trabaja en los hospitales, es para todos nuestra primera línea de defensa, son quienes nos cuidan a todos y a veces, “están llendo a la guerra sin fusil” al no tener el equipo de protección necesario para hacer su labor; también están siendo arrancados de sus hogares al verse obligados, por si enferman, a no regresar para evitar contagiar a los suyos, las largas jornadas que de por sí tiene la medicina, ahora con la gran cantidad de pacientes es extenuante y, sobre todo, están expuestos a ver a diario ese registro de lo Real: la finitud y la muerte de cientos sin poder hacer nada, más que jugarse la propia vida.


Ellos también están expuestos a que esta transición le deje profundas marcas emocionales, no sólo en la sobre exposición ante la labor, el conocido burn out; también las heridas, secuelas de este combate, se sentirán con el tiempo y continuarán a largo plazo, el impacto traumático puede llegar a alcanzar otras áreas de su vida y no sólo la profesional. Por ello, es urgente también atenderlos a ellos primero, el que puedan recibir la ayuda o apoyo psicológico para sobre llevar la carga y que no expongan su integridad y salud emocional.


Es tiempo, como lo he expresado en otros espacios, de ser realistas y responsables, de comportarnos todos a la altura del reto que enfrentamos.


No sólo reconociendo que aquello que no comprendemos, a todos los seres humanos, nos provocará miedo. Permítete conocer, de fuentes serias, sobre qué es el coronavirus y cómo cuidarte sin saturarte de información. Si tienes que salir, usa cubrebocas y evita tocarte el rostro, principalmente ojos, nariz y boca. Mantén limpios tus espacios y las superficies que puedas tocar, así como desinfecta todo los artículos del súper que compres.


Pero sobre todo, no caigas en el mal entendido que por falta de información, lleva a algunos a atacar, agredir o insultar a médic@s, enfermer@s y personal sanitario. Ese mal entendido, lleva a homologar al personal sanitario al riesgo de contagio y se les deposita el miedo al virus, el miedo a enfermar.


Así se crea un estigma social: <<si es médic@ “tiene” el virus y me puede contagiar>>. Esa identificación proyectiva, donde el objeto persecutorio -el virus o enfermar- se deposita en el personal sanitario, haciéndolos de forma inconsciente el representante de la representación que causa esa ansiedad. Ante el este escenario en una pandemia, las fantasías catastróficas, potencialidad por los miedos o angustias preexistentes, originan un comportamiento primitivo, donde las defensas ante lo intelerable para el pensamiento se llevan, de forma impulsiva, a la acción que termina por transformarse en agresión.


Recuerda, ellos sí saben cómo cuidarse y, arriesgándose, nos cuidan a todos.


Es importante reconocer que, implica un mayor peligro la población en general, cualquiera que al minimizar el riesgo, no se cuide y sí contribuya a la propagación. Son un riesgo mayor todos aquellos que siguen haciendo la vida normal, reuniones o o fiestas, aquellos que por ignorancia creen que “el virus no existe”, “que nadie los va a someter a un programa o experimento social” o “que es un invento”, que no usan o portan mal el cubrebocas (no es bufanda, no es para la babilla, no se deja fuera la nariz, no es para la frente; su nombre lo dice: cubre la boca, desde la nariz hasta la barbilla), que no tienen la medidas mínimas de higiene y que no respeta la distancia social. Es mayor riesgo creer en una fecha en particular donde “podamos volver salir” o que “regresaremos a la normalidad”, más aún, cuando de forma prematura, se están alistando para salir. Seamos realista, mientras no exista una vacuna, nada volverá a ser igual.


Sobre todo, seamos también responsables para cumplir con nuestra parte y lograr ver la labor de los médic@s, enfermer@s y demás personal sanitario, no sólo brindándoles el reconocimiento a su labor, sino también el cuidado, el respeto, la admiración y la gratitud que se merecen.


Recuerda que es tiempo de cuidar a quienes nos cuidan…


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